ORELLANAS AL COLEGIO
En el colegio distrital Marruecos y Molinos, se gesta una naciente microempresa en la producción de este hongo comestible de alto grado nutricional.
En supermercados de cadena de todo el país empieza a imponerse una nueva clase de hongos comestibles diferentes a los champiñones, se trata de las orellanas. El precio de solo una libra de este alimento puede oscilar entre los quince mil y treinta mil pesos colombianos. Este costo obedece a sus altos valores nutricionales ya que puede remplazar perfectamente a las proteínas de la carne animal, además de tener un sabor agradable al paladar y ser combinado en diferentes recetas de la cocina colombiana e internacional.
Hace dos años, en el colegio distrital Marruecos y Molinos ubicado en la localidad Rafael Uribe Uribe, la profesora de Ciencias Naturales, Luz Marina Ríos, se puso en la tarea de dejar huella en sus estudiantes, combinando valores como la responsabilidad, el respeto y la solidaridad, con la ecología y la agricultura urbana. Sus inquietudes académicas se concretaron en un proyecto escolar que inició con cerca de 32 estudiantes de la jornada de la tarde, quienes asumieron como primera tarea la ubicación y adecuación de un espacio para el cultivo de las orellanas.
Obtener una Orellana no es nada fácil y demanda de gran responsabilidad por parte de los estudiantes. Se requiere de una área de esterilización (las futuras orellanas no pueden recibir la más mínima contaminación), un área de siembra, un área de incubación, que debe ser completamente oscura para permitir procesos químicos que favorecen la salida de los primordios, o primeras manifestaciones de estos hongos, además de una zona de fructificación en donde finalmente se ven en su máxima expresión.
http://artesanoencasa.blogspot.com/2008/11/10-cultivo-de-setas-de-ostra-pleurotus.html |
En esta técnica de cultivo, que es un ejemplo de los logros de la agricultura urbana, los estudiantes pueden llegar, en una cosecha, a producir entre cuatro y ocho kilos de producto final de orellanas. Aunque no es una gran cantidad, como se caracteriza en la agricultura urbana, si un estudiante decide tener un cultivo en su casa, podría llegar a consumir la proteína diaria indicada.
Las orellanas que se producen en el colegio tienen clientes fijos que las encargan sin haber sido producidas, se trata de un grupo de docentes de colegios de la zona que valoran su alto nivel nutricional, “con la primera venta compramos una escoba y un recogedor, luego hemos reinvertido los recursos en lo que necesitamos para fortalecer nuestro proyecto” asegura Samuel Quiceno Pérez integrante del proyecto.
Para Luz Marina Ríos docente creadora del proyecto, cultivar hongos comestibles fue un sueño que tuvo hace mucho tiempo, “hemos logrado que los niños se formen en valores y entiendan el respeto por los organismos vivos”. El siguiente paso en el que trabaja este grupo de agricultores urbanos escolares, es lograr crear empaques que permitan dar una mejor imagen a su producto, y así cumplir con uno de los objetivos de su proyecto, la implementación de una microempresa autosostenible.
Tomado de http://www.sedbogota.edu.co
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